César Gutiérrez

El conservadurismo peruano es bastante emocional, de la crítica y apocalíptica visión de la economía en los próximos meses por la caída de Dina Boluarte, así como de la moralina por los “perreos” en redes sociales del accesitario José Jerí, pasó a la espontánea creación de un club de fans, por el supuesto descubrimiento de una nueva figura de la política en el inquilino de la Casa de Pizarro.

La conversión del conservadurismo a favor de Jerí ha estado motivada por su efectismo en apariciones públicas, que es un clásico de la consejería de imagen política.

Lo hemos visto reunido con los gobernadores regionales, asistiendo al incendio ocurrido en Pamplona, haciendo de inspector en helicóptero de las marchas convocadas por la generación Z, fungiendo de rescatista de albergue recogiendo perros abandonados, y vistiendo hábito morado mostrándose de cargador del anda del Señor de los Milagros. No sorprendería que aparezca de sahumador en la próxima procesión.

El trajín intenso de Jerí pretende ser imitado por sus ministros, pero con deslices de por medio, que solo el perdonavidas congresal de los exdefensores de Dina, evitarán la caída de los desatinados, entre los que se cuentan: los titulares del Ministerio del Interior (MININTER), Economía y Finanzas (MEF), y Energía y Minas (MINEM).

El capitoste del MININTER se precipitó al anunciar que había sido un miembro de los protestantes el que había causado la muerte de un asistente a la marcha del pasado miércoles 15 de los corrientes. Por su parte las cabezas del MEF y del MINEM volanteaban que habían removido al presidente de Petroperú. Alejandro Narváez y lo habían sustituido por un miembro de su directorio.

En el relevo de Narváez, más desprolijos e infractores de la ley, no han podido ser. Los miembros de su directorio compartían con aquel la visión estatista de la empresa, y al nombrar a uno de ellos en la presidencia no pueden esperar que haga de reformista a favor de la participación del sector privado. Lo más grave ha sido que la remoción no motivada en renuncia o falta grave no existe en la ley 28840 que fija las reglas aplicables a la empresa.

Con apariciones mediáticas no se podrá manejar correctamente el país, pero los conversos están contentos porque están convencidos que podrán manjar ellos el país.