La situación del gas natural (GN) es complicada, lamentablemente desde el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) la minimizan para eludir responsabilidades de acción y estar sintonizados con grupos de interés y sus voceros oficiosos.

El GN desde su inicio de explotación en agosto del 2004, se convirtió en un energético vital para el sector electricidad donde es su principal fuente de consumo (61% del total), siendo la capacidad efectiva existente en termoeléctricas a GN del 34% de la total nacional.

Hoy las reservas probadas (desarrolladas y no desarrolladas) de GN para uso eléctrico, que provienen del lote 88 donde tienen un precio preferencia para el sector electricidad que es 44% menor que el de otros consumidores, poseen un horizonte de 14 años, y no se cuenta con la de los lotes 56 y 57 que se utilizan para la exportación y que su existencia es de 7 años.

El relato mediático es que se tiene a los recursos del lore 58 para entrar en operación, complementado con la irresponsable demagogia del MINEM que vocifera a los supuestos recursos de la Cuenca Madre de Dios, donde lo que existe es un Convenio de Evaluación Técnica, que está haciendo trabajos de gabinete de reprocesamiento de información geológica, lejos aún de un contrato de exploración-explotación y de una declaratoria de reservas.

Es importante es evaluar los recursos del lote 58, que para que se conviertan en reservas probadas requieren validar la viabilidad económica-financiera de la explotación. Para ello se necesita cuantificar las inversiones en un gasoducto y poliducto hasta la Planta de Separación de Malvinas, y la negociación con la propietaria de ésta por la inversión necesaria para su ampliación para procesar el GN y los líquidos provenientes del mencionado lote.

Los precios de los marcadores en los mercados de destino de la exportación de gas natural licuado (LNG) son bastante atractivos: JKM (Asia) y TTF (Países Bajos) son del orden de 11.00 US$/MMBTU (dólares por unidad de energía) y que de exportarse desde el lote 58 dejarían ingresos antes del pago de regalías 56% mayores que si se vendiesen en el mercado interno; lo que no se podría variar sin vulnerar el contrato original.

La interrogante inevitable es ¿cómo sostendremos el precio de electricidad en el mediano plazo?