Han transcurrido siete años desde que se dio la caducidad de la concesión del Gasoducto Sur Peruano (GSP), y el discurso de los diversos ministros que han pasado por la cartera de Energía y Minas (MINEM) ha sido de retomar la construcción.

Anuncios para generar expectativas de inversión, pero sin análisis alguno, donde se ha involucrado indebidamente a Proinversion, que es un ente promotor de otorgar la concesión, correspondiendo la decisión de lo que se debe hacer tanto al MINEM como al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Se ha venido manejado la versión de un ducto costero, desde Marcona hasta Mollendo e Ilo, continuación del ducto existente entre Humay (Pisco) y Marcona, de propiedad de la colombiana Contugas, para atendar a las termoeléctricas del llamado Nodo Energético del Sur y una supuesta planta petroquímica de fertilizantes.

Para que el anuncio pudiese ser realidad se tendría que definir quien haría la inversión de la impostergable ampliación de la capacidad de los primeros 200 Km del gasoducto Camisea-Lima y de la planta de separación de gas natural (GN) y líquidos, existente en la localidad de Malvinas (Cusco); sobre lo que no se ha dicho nada hasta el momento.

Tampoco se menciona si la caja fiscal podría financiar no menos de 450 millones de dólares anuales en los primeros cinco años operativos del GSP (hoy llamado SITGAS), dado que el ingreso garantizado con cargo al usuario que se tenía en el esquema original fue derogado en el Congreso en el año 2017.

El discurso de la petroquímica en base a GN debe pasarse al olvido, la tendencia actual es que el insumo principal que es el amoniaco se obtiene del hidrógeno verde, que no necesita GN, porque se produce por electrólisis, que requiere electricidad generada por recursos energéticos renovables.

Un problema adicional es la disponibilidad de reservas de GN del lote 88 (Camisea), donde se tiene un precio preferencial para la generación eléctrica. En las actuales circunstancias, habría que confirmar la existencia de reservas suficientes, ejercicio que tampoco se ha hecho desde el gobierno, no basta la declaración de parte del operador del lote, la argentina Pluspetrol.

Es la hora de definiciones, sin descartar que el GSP pase al archivo.