César Gutiérrez

Buen reto será la manera como la clase política y empresarial peruana interprete el triunfo de Javier Milei en Argentina, no me refiero al análisis del origen de los resultados, sino el predicamento en el corto plazo para la gestión del mediocre gobierno de Dina Boluarte y en el mediano plazo en las candidaturas para las elecciones generales del 2026, si es que la expresidenta del club Apurímac llega a esa fecha.

Una lectura será que la derechización es una corriente regional, reforzará esa idea el triunfo de Daniel Noboa en Ecuador, el desencanto colombiano y chileno con sus mandatarios Gustavo Petro y Gabriel Boric. En este último caso el sentimiento contra la izquierda se puede acrecentar el próximo 17 de diciembre en el referéndum constituyente, donde todo indica que habrá un retorno a la Constitución “pinochetista” de 1980.

En esta línea de opinión, la presidenta Boluarte, tan proclive a los cambios de vereda con el entusiasmo de los recién conversos, puede animarse a tener un gabinete liberal, empezando por el Premier, y pasando por Economía y Finanzas, Energía y Minas y Vivienda. En este estado de las cosas, privatizaciones de empresas estatales fallidas podría ponerlas en marcha. Subirse a la ola se llama en el surf.

En el mediano plazo, los grupos políticos hoy hinchas acérrimos del autodenominado anarco-libertario, tendrán que ir con cautela. La tarea que le espera al nuevo mandatario argentino es muy complicada. El sinceramiento de precios tiene enorme costo social, y en este tipo de decisiones la progresividad no cuenta, tiene que ser en un solo acto. Los hechos demuestran que es la forma de hacerlo, un clásico para las escuelas de negocios es el caso de Fujimori de los 90, que controló la inflación y la distorsión de los precios relativos.

La estoicidad del ciudadano y empresario peruano para soportar los cambios abruptos de precios y apertura de mercados, que duró 4 años en principio, no lo veo en el país de La Plata, donde para empezar se tendrán que hacer alianzas en el Congreso, superar la oposición de empresarios acostumbrados al proteccionismo y lidiar con sindicatos.

La interrogante es si Milei seguirá siendo un referente político para Perú en el 2025, que es cuando se iniciará la campaña electoral.