DERECHA E IZQUIERDA PENDIENTES DEL BALLOTAGE ARGENTINO
La importancia de la correlación en el manejo político
Estamos asistiendo en el contexto político regional a una contienda entre orientaciones políticas de derecha e izquierda, en relación con el desenlace de la elección presidencial que se debería dar el domingo próximo en Argentina. El condicional se debe a que, dado el supuesto estrecho margen que refieren las encuestadoras, entre los contendores, Sergio Massa y Javier Milei, puede suceder denuncias de fraude, en caso este último pierda, cosa que ya hemos visto luego de la primera vuelta electoral.
Es claro que la orientación política de Milei es de derecha, y de allí el apoyo de conocidos personajes de la política internacional. Massa, no es un hombre de izquierda, pero que es apoyado por líderes de izquierda. Es un pragmático todo terreno, de 24 años de recorrido en los vericuetos gubernamentales: diputado provincial, presidente del Administrador de la Seguridad Social (ANSES), jefe del gabinete de ministros de Cristina Fernández, intendente del acomodado distrito El Tigre, presidente de la Cámara de Diputados y ministro de economía desde julio del 2022.
Massa, como negociador con tirios y troyanos me hace acordar al Dominique Strauss Kahn de finales de los 90, cuando fue ministro de finanzas de Jacques Chirac, sin la desprolijidad de éste en su vida privada. Se ha mostrado como excelente candidato, en la condición más adversa por su cercanía a Cristina y a la Cámpora y por su récord de inflación interanual de 142.7%.
Pero no solo los hechos referidos han tenido que cargar a cuestas, el candidato Massa, sino también dos affaires muy sonados de personas del entorno Justicialista en las postrimerías de la primera vuelta presidencial, que pudo superar satisfactoriamente.
El primero, el retiro de un cajero automático mediante 48 tarjetas de débito de funcionarios del gobierno de la provincia de Buenos Aires, por intermedio Julio Segundo Rigau, apodado “chocolate”, denominación que se le hade dado a la causa judicial abierta. Nuestros conocidos “mocha sueldos” son nada al lado de este caso
El segundo, más grave aún, escándalo por dispendio y escenas de sexo explícito en Marbella, de Martín Insaurralde, ex jefe de gabinete de Axel Kiciloff y candidato a intendente del distrito Lomas de Zamora. Los “ampay” de la televisión local quedan en la categoría de minucia.
En esas condiciones se juega el ballotage al oficialismo argentino, si hubiese un premio a la resistencia y elusión de hechos graves, Massa y su equipo de campaña serian ganadores indiscutibles. Por el lado de Javier Milei, sus propios dichos le han pasado factura, transitó de estridente predicador al estilo pastor evangélico, pero representando a la iconoclastia, a inesperado aspirante a la presidencia con posibilidades de triunfo.
Milei, aunque disminuido por tener que reconocer sus afirmaciones excesivas, impracticables en el ejercicio de gobierno, también ha tenido lo suyo. Se apareció con un sorprendente noviazgo con la imitadora de Cristina Fernández, la actriz cómica, Fátima Flores. Relación poco creíble, pero que le ha ayudado a atenuar la falta de pareja femenina, típica exigencia popular a los candidatos.
El anarco libertario como se autodefinió, ha sabido retroceder en varios temas: en las duras críticas que hacía a Mauricio Macri cuando éste ejercía la presidencia, del ataque a Patricia Bullrich a quien tildó de asesina, y a la clase política, que llamó con bastante éxito “la casta”; ahora ha pactado con ellos, lo que le permite tener posibilidades de ganar.
Independiente de lo que ocurra este domingo, lo sucedido en el proceso electoral argentino, es para caso tipo de una escuela postgrado de política, economía y de marketing. Además, de otro lado el resultado servirá para hacer grupo de correlación de fuerzas en los gobiernos de la región y de referentes para elecciones próximas, Milei para los que gustan de derecha y Massa, más que para las corrientes de izquierda, para los componedores.