He sido reiterativo en los últimos meses en decir que la gran carencia que tiene el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras, es el liderazgo. Hace de furgón en el gabinete en lugar de ser locomotora. Los ministros de otras carteras le ponen la agenda, como es el caso de Oscar Vera, mandamás del Ministerio de Energía y Minas, distinguido activista del estatismo con costo dinerario al fisco y de confianza en el Estado.

La falta de liderazgo comienza a ser vociferada, como ha ocurrido recientemente con los exministros de Economía, Waldo Mendoza y Alfredo Thorne, en sendas entrevistas brindadas a un diario local. Es la principal crítica que le hacen, más allá de los temas económicos, donde Mendoza, justifica el rol restrictivo del BCR y del MEF, luego de la política expansiva del período 2020-2021 por la pandemia del Covid.

Mendoza y Thorne, fustigan a Contreras por no poder reactivar grandes proyectos como Chavimochic y Majes-Siguas, que son materia de promesas permanentes sin resultados. Van más allá, cuestionan severamente a la Presidenta, por no intentar siquiera entender las cuestiones de gobierno que le competen.

La incapacidad presidencial es manifiesta, y el gobernante defacto es el Premier Otárola que no es la persona apropiada, no entiende la economía y se queda en el rol de escudero de la gobernante, con influencia en la relación de convivencia con el Congreso y en la colocación de funcionarios de bajo nivel en el Estado.

Estamos en la necesidad de tener un Presidente del Consejo de Ministros, que sea un tecnopolítico. En estos momentos la movilización social está desgastada y es el momento de poner en la agenda diaria el tema económico y financiero en búsqueda de inversión privada.

En el último año de gobierno de Alejandro Toledo, se experimentó una situación particular con Pedro Pablo Kuczynski como Premier, que puso la economía en el debate y no le fue nada mal, el hombre de Cabana terminó con un nivel de aprobación cercano al 30%

Si Dina no se atreve a cambios audaces, el deterioro de la situación económica no solo será un aliciente para un outsider radical en el 2026, sino que le va generar inestabilidad en su mandato, los tiempos no están para hacer de muertita 3 años más.