LECCIONES DEL BALLOTAGE PERUANO
Una elección con votación dividida casi en partes iguales, deja temas para la reflexión y la acción. Para mí es un resultado inesperado, el análisis de los guarismos de primera vuelta, sectorizados en votos de derecha respecto a los demás, indicaban que, entre Lima y Callao, Norte y Oriente, había una diferencia de 22% y en el total nacional de 12%, que favorecían a Keiko.
Es esa “derecha”, incluía a Alianza Popular y Podemos Perú, donde sus electores no son derecha ideologizada pero no preveía que votasen por Pedro Castillo. Al final de cuentas, el profesor remontó estos estas cifras. La justificación no ha sido que haya habido una nueva avalancha de votos de los que aminoraron el ausentismo, pues éste solo de redujo en el país de 28% a 23%y en el exterior de 77% a 63%.
La explicación es que votantes que antes eligieron preferencias de derecha, ahora cambiaron de postura, pasando a las antípodas. Razones para esa realidad indubitable, la estudiaran los cientistas sociales, sin embargo, hay algunas variables para la discusión.
No todo se explica por el anti Keiko existente retroalimentado en los últimos 20 años; hay más. Antes que nada, el balance favorable de los debates de técnicos y candidatos, no sumó a la candidata ex naranja hoy bicolor. Tampoco sumó el equipo presentado, con gente trajinada en la política desde hace 30 años; más de lo mismo, en un medio que pide cambio a gritos. No solo no contribuyó, diría hasta que restó el apoyo de los Vargas Llosa, el terruqueo, el anticomunismo y el cargamontón mediático.
Me viene a la memoria una frase del extinto alcalde Alberto Andrade, en las elecciones municipales del año 1995, que, ante el slogan hacia el candidato oficialista, Jaime Yoshiyama: “con todo el apoyo”, se impuso con un “con todo lo abollo”. Eso es lo que ha ocurrido ahora.
Mención final la hago sobre la gobernabilidad, para quien gane será muy difícil de llevar, estamos en un país confrontado, lo que en la Argentina Kirchnerista se le ha llamado la grieta, donde el sector empresarial y los poderes fácticos tendrán que luchar sus posiciones, con imaginación y nuevos interlocutores que sean escuchados en ambos lados. Los trajinados, tendrán que abstenerse, porque no solo serán intrascendentes, sino que generarán rechazo.