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GRAN ESCEPTICISMO EN EL MERCADO DE BONISTAS POR PROYECTO DE REFINERÍA TALARA

Comportamiento mercado de combustibles y denuncias futuras generan incertidumbre.

Publicado: 2017-05-30

La anunciada emisión de bonos por parte de Petroperú, que en una primera etapa ascenderá a 2,000 millones de dólares (MMUS$), esperándose una segunda de 1,000 MMUS$; es vista como operación de gran riesgo por parte de compradores de bonos. El monto es elevado y dado que no tendrán garantía soberana, el análisis agudo prima. Queda lejana de aquella visión simplista que decía que en vista que la petrolera estatal abastece el 50% del mercado, el Estado no dejaría caer a la empresa en “default”, hoy hay más variables en juego. 

RIESGO CONSTRUCTIVO POR POTENCIALES DENUNCIAS.

El éxito del cierre financiero, consistente en obtener 4,250 MMUS$ de financiamiento, de los cuales 3,000 MMUS$ debería conseguirse por emisión de bonos y 1,250 MMUS$ en seguros de crédito a la exportación de la agencia estatal española Cesce; tiene como punto central que se consiga los recursos en el momento previsto. De esa manera la puesta en operación comercial (POC) se hará de acuerdo a lo proyectado y la prometida rentabilidad se obtendrá, de manera que se pueda honrar intereses de los bonos; ir acumulando para el pago del principal, que se prevé en unos 15 años; así como la atención del servicio de la deuda garantizada por Cesce.

Sobre este derrotero reseñado, el principal riesgo son las altamente probables denuncias a funcionarios que han tomado decisiones en Petroperú; las que originarán dilaciones en completar el financiamiento. La espada de Damocles, estará presente sobre el proyecto desde el momento en que la Contraloría General de la República, haga de público conocimiento su informe previo sobre la emisión de bonos por 2,000 MMUS$ que ha sido autorizada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), mediante Resolución Ministerial el pasado 07 de mayo (RM-170-2017-EF/52). Esto debe ocurrir en los próximos días, se menciona que hoy, último día mes de mayo se hará el anuncio.

LAS OBSERVACIONES DE LA CONTRALORÍA.

La CGR antes del esperado informe previo sobre endeudamiento, en su Boletín de Gestión y Control Nº 47 sobre Refinería Talara; ya ha hecho observaciones sobre el costo de construcción, que dicho sea de paso es una parte significativa del total.

A mayo de este año, la construcción se valoriza a 4,155 MMUS$, que representa el 77% del total, que según declaraciones del presidente de Petroperú, Luis García Rosell, asciende a 5,400 MMUS$, sin haber definido aún el costo de los servicios auxiliares, estimado en 815 MMUS$.

Las observaciones de la CGR se fundamentan en que la propia consultora Arthur D´Little (ADL), que sigue el proyecto desde el 2008, con sucesivos contratos con Petroperú, no emite opinión sobre un incremento no justificado, totalizado en 1,198.4 MMUS$. Pero no solo es eso, yo agrego una inconsistencia más. En el 2008, cuando ADL hace un primer estimado con ingeniería conceptual, señala la cifra de 1,335 MMUS$. En esas condiciones el margen de error puede llegar al 100% (AACE International Recommended Practice -18R-97). Esto significa que el costo constructivo debería no exceder los 2,670 MMUS$ por todo concepto, en lugar de los 4,155 MMUS$ actual, siendo la diferencia sin justificación 1,485 MMUS $.

Aquí habrá señalamientos y denuncias a los funcionarios de Petroperú que firmaron en mayo del 2014 el contrato a suma alzada por 2,730 MMUS$, más un estimado de servicios auxiliares de 815 MMUS$. En total esta suma ascendía a esas alturas a 3,545 MMUS$. La cosa no queda allí pues luego nos enteramos en el 2015 que en vía paralela, con fondos de la empresa y con terceros contratistas, se construyeron obras complementarias por 610 MMUS$, que suman los 4,155 MMUS$ que hoy se hablan. Habrá denuncias que involucre a los responsables del 2015.

Las denuncias no solo van involucrar a funcionarios de la petrolera sino a los del ejecutor de la obra, la española Técnicas Reunidas SA, es previsible que colusión sea uno de los señalamientos.

EL EFECTO DE LA COBERTURA DEL MERCADO.

En los últimos años, el abastecimiento del mercado de combustibles se hace casi a medias entre Petroperú y la empresa del grupo español Repsol, Refinería La Pampilla SA (Relapasa), y este hecho ha sido utilizado como argumento para soslayar la garantía soberana sobre la deuda de Petroperú, pues el raciocinio repetido en múltiples oportunidades por algunos banqueros y funcionarios de la petrolera, es que al tener mercado compartido el estado no abandonará a la empresa. Sin embargo esta afirmación es una ligereza que no resiste un análisis riguroso.

El análisis se hace sobre la demanda del combustible más consumido, el diesel 2, que en el 2021, fecha en la que debería estar en operación la refinería modernizada. La demanda ascenderá a 145 mil barriles diarios (MBD), cifra que se obtiene con la tasa de crecimiento más modesta del período 2013-2016 y que corresponde al año 2014 respecto al 2013, que es de 3.76%.

La capacidad de producción al año 2021, entre las dos empresas de refinación existentes en el mercado será de 100 MBD, cantidad insuficiente para atender los requerimientos de 145 MBD. La diferencia de 45 MBD en términos anuales implica una facturación no menor a 986 MMUS$, libre de impuestos, cálculo que se hace estimando un valor venta de 60 US$/barril (4.66 soles/galón). Es obvio que es un incentivo para un comercializador iniciar operaciones de importación y venta en mercado local.

Las proyecciones reseñadas, son compartidas por empresas que ya operan en el mercado; el caso de PBF, importador y almacenador; Pecsa, mayorista y propietario de cadena de estaciones de servicio y Trafigura, trader. Todos ellos ya están desarrollando proyectos de almacenamiento que es la limitante actual.

Los comercializadores tienen claro que la venta de combustible a nivel de estaciones y grandes consumidores implica no solo vender sino D2 sino también gasolinas, pues los compradores tienen la necesidad de adquirir de un solo proveedor ambos combustibles. Esto significará una incursión agresiva en el mercado, que hará que el duopolio se rompa, perdiendo cuotas de mercado. Con esto los ingresos por ventas van a ser menores a los esperados.

Hay otras variables más que influyen en la visión adversa de los bonistas, como: denuncias a los directivo actuales, precios de venta de combustibles, operación del oleoducto, pasivos ambientales por derrames, posible incremento adicional del D2 por no contar con operación del Gasoducto Sur Peruano hasta por lo menos el 2023. Estos puntos serán materia de otro artículo


Escrito por

César Gutiérrez

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