Publicado en Washington por Interamerican Dialogue el día 26.02.2015

Siendo realistas cualquier gobierno hubiese tenido los mismos inconvenientes que el actual, en el relacionamiento con los grupos sociales que se oponen a las industrias extractivas. No ha habido de parte de ningún grupo político, ni gremial empresarial, propuesta realista para superar el problema, más allá de invocar al ejercicio de la autoridad, lo que significa muertos y heridos para avanzar, lo cual cualquier partido en el ejercicio del poder no lo hará.

Los conflictos actuales como el de Pichanaki en oposición a la exploración de hidrocarburos o el de Conga contra la minería, no podrán ser solucionados por el gobierno de Ollanta Humala, que ya está en las postrimerías de su mandato, donde está debilitado y siendo centro de una serie de acusaciones. Lo que no puede hacer la administración actual es resolver contratos, la credibilidad del estado peruano hacia los inversionistas, se deteriorará irreversiblemente si eso ocurriese. Aquí lo que se espera es una larga negociación que al menos no obligue a retroceder, los agentes económicos tendrán que entender que azuzar para exigir un avance no es lo más conveniente.

Lo ocurrido afectará las inversiones en las industrias extractivas, que se retraerán inevitablemente, lo que corresponde es pensar en una propuesta que pueda ser aplicada para superar el impase. Habrá que inventarla, no hay nada escrito sobre el tema y así hay que tomarlo si queremos solución real y no utópica