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La Oroya en manos del humalismo

Publicado: 2012-05-20

Ya que la gran transformación prometida por el Humalismo no se dio, ni se dará, pues ella era entendida como una variación de las relaciones de poder, donde los que hoy no son tomados en cuenta podrían revertir su situación y a cambio tenemos el sometimiento gustoso y militante al establishment. Es bueno recordarle a la pareja gobernante, que los electores no solo se necesitan una sola vez, ni un voto es despreciable para político con sapiencia. En ese orden de ideas una ciudad de 21,000 habitantes, como La Oroya, al menos por interés electoral, ya que tengo mis serias dudas de la sensibilidad social de los inquilinos transitorios de la Casa de Pizarro, debe ser considerada.

Tanto por el poder ejecutivo como el legislativo, el gobierno tiene en sus manos la suerte de esta ciudad enclavada en las alturas de los Andes. De manera lamentable e ignorante su futuro se maneja como si solo se tratara de una discusión fenicia de acreedores y deudores, poniendo como telón de fondo la contaminación ambiental y su efecto en las personas, convertida en coartada, cuando debería ser uno de los ejes de la discusión.

Nadie podrá negar que intereses de grupos empresariales existen. Una refinería-fundición de minerales, que agrega valor económico a la producción de concentrados, como el Complejo Metalúrgico de La Oroya y una mina donde se extraen cantidades significativas de minerales de alta cotización como la plata, el cobre y el indio; como Cobriza, son delicioso manjar para “traders” y productores mineros, como lo son: Cormin, de la multinacional de la comercialización de “commodities”, Trafigura y de la minera local con talla internacional, Buenaventura. Nada mal les vendría hacerse de las dos unidades de negocios, así que la intervención  de estudios de abogados, comunicadores ambientales, económicos y sociales, no es a nombre del purismo del mundo verde y de las aves cantoras que nos hacen despertar con sus dulces silbidos.

El pretexto de los desencuentros de la troika acreedora: gobierno-Cormin-Buenaventura y  la empresa Doe Run Perú, es el pesado lastre llamado Programa de Adecuación Medioambiental (PAMA). Mucho se podrá decir a favor y en contra de: postergaciones; incumplimientos, donde el estado no puede exonerarse y deudas. Ahora lo que compete es actuar con pragmatismo y responsabilidad, para ello la indesligable pareja Heredia-Humala, debería escuchar a las partes: acreedores empresariales e institucionales, deudores y trabajadores. Luego tomar las decisiones en absoluto privado, sin consejerías que susurren al oído, pues no habrá opinión inocua. Una ronda de conversaciones para tomar conocimiento y la toma de decisiones no tendrá razón alguna para que sea haga en menos de 48 horas, no solo porque es el tiempo suficiente, sino porque es el plazo que queda para encontrar una salida para salvar a la ciudad de La Oroya.

El gobierno tiene el absoluto control de las decisiones que se tomen, lo que ocurra será de su responsabilidad. Por un lado es el integrante mayoritario en la junta de acreedores y por otro tiene la mayor bancada en el Congreso, donde en su mesa directiva, desde Marzo pasado, hay una ley pendiente de discusión y votación, que será elemento determinante.

Un hecho factual es que dada la liquidación en marcha de Doe Run Perú, no habrá nadie quien se haga cargo de la planilla de los 2,500 trabajadores del Complejo Metalúrgico, cuya cuantía con beneficios sociales incluidos, asciende a 143 millones de dólares para el plazo de 30 meses mínimos que la planta estaría cerrada hasta que pueda operar cumpliendo los estándares ambientales. Eso tiene un nombre, el cierre de la ciudad, pues el principal empleador que genera la economía de la zona, es la unidad productiva referida.

La salida no es nada difícil, solo requiere firme decisión: obligación garantizada razonablemente, de cumplimiento del PAMA; pago asegurado a los acreedores y reinicio inmediato de operaciones. Así nadie perdería, salvo que la visión sea otra, como la oportunidad de deshacerse de un operador e ingresar a otros interesados. Tengan en cuenta que en operaciones mineras nadie está libre de culpas, así como hoy hay campaña de desprestigio sobre una, ella es completamente intercambiable, mañana podrá haber sobre cualquiera que esté en el control, todas tienen techo de vidrio y nadie puede escamotear su pasado.


Escrito por

César Gutiérrez

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