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Conga no se legitimará con peritaje

Publicado: 2012-01-23

De la enfática afirmación presidencial: ¡Conga Va!, ha habido una involución a las galimatías: “¡no se trata de si va o no va!”, manifestadas en la  complaciente entrevista radial de fin del año pasado, en las ondas de Radio Programas del Perú. Y ahora hemos derivado a poner todas las expectativas en un peritaje que deberá tenerse en unas pocas semanas, pues se le ha impuesto un ritmo acelerado desde el Ejecutivo.

El gobierno con una Sociedad de Minería y cajas de resonancia que no son pocas, respirándole en la nuca, siente que se le va la vida si el proyecto no sale adelante y así como Arquímedes, pedía un punto de apoyo para mover el mundo; el Humalismo cree haber encontrado el suyo, para mover la minería, en un análisis “fast track”. Visión errada comandante, por haber sido conceptualizada por gente que sabrá de negocios, pero que en ciencias sociales, son legos. No se necesita ser docto para darse cuenta de esta perogrullada.

Las razones son elementales y con dos tenemos más que suficiente: la oposición a la minería no es un debate técnico sino político y las fuerzas contestatarias se han engrosado por el momento cualitativamente para el debate público, lo que puede devenir en mayor masa crítica en las calles, en un momento que no está muy lejano.

Es un error  pensar que con mamotreto en mano, elaborado por técnicos, se va cambiar el parecer de la gente. Desde el siglo XVI, en el mismo lugar se tiraron evangelios por los suelos, ¿cómo esperan que no se haga lo mismo, con los modernos empastados térmicos que entregarán los sabios del estudio encargado? El presidente de Confiep, ha clamado que no se politice la discusión; ingenuidad supina, aquí no se trata de una reunión de directorio entre circunspectos profesionales de traje y corbata, con café Illy en mesa, en el sanisidrino Centro Empresarial; sino de perorata de megáfono en mano en plaza pública, con algunas cachazas de estimulante.

Para complicar el cuadro, en el terreno de los actores de las deliberaciones, no solo la oposición de ha enriquecido, sino que el gobierno se ha debilitado. Hoy tenemos en la vereda de enfrente a recorridos profesionales del discurso anti: Carlos Tapia, Manuel Dammert, Félix Jiménez, Oscar Dancourt y José de Echave; no solo premunidos de su doctrina y fundamentos de origen, sino de información de los mecanismos del poder en ejercicio, por haber convivido bajo el mismo techo, durante varios meses. Si queremos hacer un símil militar para que el gobernante y su Premier les suene más familiar, en su lenguaje coloquial, le podemos decir que equivale a un Comando Sur entrenando a los castristas, ojalá quede claro. Y con ello, no quiero poner calificativos a los aludidos, la mayoría de los cuales conozco y les tengo respeto profesional, sino que quiero graficar una situación.

Los operadores políticos y mediáticos que hacen apología pro-mineras desde limeños canales de señal cerrada, cuya influencia en este tipo de decisiones es menor que la que tienen los comentaristas del canal que transmite desde el Hipódromo de Monterrico, en sus aficionados, van a minimizar la prédica de los aludidos. Equivocación garrafal, tendrán trascendencia en la zona de operaciones, donde no serán capaces de articular frase alguna los aplomados defensores de los empresarios del tajo abierto y el socavón, salvo alguna honrosa excepción que confirma la regla.

Finalmente, los voceros oficiales del gobierno como los Ministros del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal y de Energía, Jorge Merino; cuya relación con las mineras es más comprometida que el viaje del ex Ministro Herrera Descalzi  en la avioneta de la cuestionada Yanacocha, no va ayudar en absoluto sino todo lo contrario.

En este panorama, la letanía de la defensa del estado de derecho, manifestada por Ollanta Humala, en la entrevista que le hiciera el periodista español, Juan Manuel Cebrián ¿no será una expresión que aflora del subconsciente,  para justificar una represión contra los protestantes, a nombre de la defensa del orden?

Señores que han tomado la decisión de oponerse en calles y plazas, estén advertidos y mucho cuidado que hoy hasta los principios de los derechos humanos reconoce la legalidad de la intervención progresiva de la fuerza que derive en enfrentamientos mayúsculos. Así que si empiezan la escalada: bombas lacrimógenas, balas de goma y al final las de plomo, el Humalismo va argumentar que está haciendo respetar el estado de derecho.


Escrito por

César Gutiérrez

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