Falacias Sobre Asociación Comercio-Epensa
Vemos rasgadura de vestiduras entre los antagonistas interesados en el control económico, comercial y periodístico del grupo Epensa, que publica el diario Correo. En la defensa y ataque, estamos ante el conocido juego del “todo vale”. Como no es match de esfuerzo físico, el trajín es se da en un contrapunteo de columnas. El problema es que los que exhiben opinión, forman parte de los bandos en lid, es decir son expresiones de interesados de parte, que escriben falacias a granel.
Los voceros del grupo La República, parecen olvidar que cuando tenían alianza con El Comercio, vía América Televisión, el principal en su género, ya tenían una concentración empresarial y de público objetivo en demasía. En ese momento los hoy vociferantes no se inmutaban, por lo que llama la atención, que los complacientes de ayer son los indignados de hoy. Lo dicho no significa que lo recientemente ocurrido donde el conglomerado de la familia Miró Quesada se ha hecho del de la familia Agois, sea lo más apropiado para el país, pero sí vale la pena hacérselos recordar, pues su conversión milagrosa a los verdaderos credos liberales, no es creíble.
En el grupo mencionado parecen clamar que el estado intervenga, discrepo. No puede legislarse retroactivamente, sería un pésimo antecedente que muchos van a querer exhibir como jurisprudencia. Cualquier acción correctiva tiene que ser válida para lo que venga a futuro.
Los defensores del Comercio argumentan que los medios escritos no son recurso natural y que el mercado es de libre acceso, que cualquiera puede crear un diario y que son ajenos a que el nuevo emprendimiento fracase. Discrepo, la comparación con un recurso natural la ha motivado una infeliz afirmación de sus opositores. En teoría la disponibilidad de papel y talento empresarial y periodístico es infinita, pero en un mercado tan concentrado y con grupos con tantos años de experiencia en el rubro, ni el mismísimo Rupert Murdoch con toda su fortuna se atrevería hacerles la competencia.
La única salida está en tener un Indecopi fuerte, que no lo es, para evitar que haya precios predatorios de publicidad y que exista un verdadero consejo de la prensa que pueda tener la autoridad para detener cualquier intento de “bullying” mediático.